La menta es un imprescindible en cualquier cocina que se precie ya que sus propiedades culinarias y curativas hacen de ella una de las plantas más solicitadas. Si eres un amante de las plantas aromáticas y no puedes pasar sin utilizarlas en la cocina; si te privan las infusiones digestivas, sigue leyendo porque hoy te enseñamos cómo plantar menta en casa para poder disfrutar de su rico sabor.
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Cómo plantar menta en casa
Puedes plantar menta bien mediante semillas o a partir de esquejes; cualquiera de las dos formas es buena ya que la menta crece y se desarrolla con mucha facilidad. La mejor época para sembrar es a finales de verano y en primavera, aunque puedes plantarla en cualquier época del año.
La menta necesita un cierto espacio ya que se desarrolla de forma horizontal, esto quiere decir que necesitaremos una maceta ancha y no hace falta que sea muy profunda. Lo que sí es fundamental es que tenga agujeros en su base ya que esto permite drenar el exceso de agua, que es perjudicial para las plantas, en especial para la menta.
Si vas a plantarla directamente en el suelo, procura que guarde una cierta distancia con respecto a otras plantas del jardín.
En cuanto al tipo de suelo que necesita: ligero y rico en nutrientes. Olvídate de los suelos arcillosos, que son muy pesados e impiden el desarrollo de este tipo de plantas. No es necesario añadir fertilizantes o abonos ya que la menta crece y se desarrolla con facilidad; sin embargo, sí es indispensable regar de forma regular y abundante para mantener el suelo siempre húmedo, tanto en verano como en invierno.
Plantar menta mediante esquejes
La forma más sencilla de cultivar menta por esquejes consiste en tomar una ramita que tenga hojas. Necesitarás también un vaso bien de plástico o de cristal lleno de agua hasta arriba. Tienes que colocar el esqueje en el vaso y ponerlo en un lugar de la casa que sea cálido y luminoso; revisa tu esqueje de vez en cuando y añade agua al vaso para que esté siempre lleno.
A los pocos días verás cómo comienzan a salir las raíces. Espera a que las raíces blancas alcancen una buena longitud antes de pasar el esqueje a la maceta. Una vez que llegue este momento has de elegir un recipiente de tamaño considerable porque, como se ha dicho más arriba, la menta necesita espacio para crecer y desarrollarse.
Llena la maceta con un sustrato arenoso ligero, que puedes encontrar en cualquier vivero o tienda especializada, también puedes añadir sustrato rico en nutrientes que ayudarán a la menta a crecer con más rapidez.
Llena un tercio de la maceta con esta mezcla y coloca el esqueje dentro de la misma; llena el espacio de alrededor con más sustrato y presiona suavemente con los dedos. Puedes colocar un palo a cada lado del esqueje que haga de soporte.
Como ves, plantar menta es muy sencillo y no te costará nada de esfuerzo mantener la planta; además, con el tiempo podrás disfrutar de sus propiedades culinarias y curativas, lo cual es un auténtico lujo.