Cómo plantar la Moringa.
Esta planta es originaria de la India y aunque hay varios tipos, la más conocida es la variante Moringa Oleifera. A pesar de necesitar un clima cálido, hoy en día su cultivo se ha extendido a diversas regiones para así poder disfrutar de sus propiedades medicinales, y también como elemento decorativo en jardines y parques. Aquí aprenderás sobre el cultivo del árbol de la moringa
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La moringa es conocida por sus efectos curativos ya que contiene un alto grado de antioxidantes, fibra, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales. Todo ello hace que sus hojas se utilicen para infusiones y aprovechar así sus cualidades antiinflamatorias; también se toma como complemento en la anemia ferropénica, para las dolencias de las articulaciones, y del estómago por su acción anti ulcerosa.
Características del árbol de la Moringa.
La moringa crece con rapidez si las condiciones climatológicas son favorables; de hecho, en el primer año puede alcanzar los cinco metros de altura (en un mes esta planta llega a medir 30 centímetros). Un árbol adulto suele medir unos 10 metros. Sus raíces son pivotantes y llegan a medir 30 metros, aspecto que has de tener en cuenta a la hora de la siembra ya que, aunque no es una especie invasiva, necesita su espacio para desarrollarse.
La floración puede ser una o dos veces al año, según la especie, y sus frutos tardan otros 3 meses en madurar.
Cómo plantar moringa. Condiciones esenciales
La moringa está acostumbrada al rudo clima caluroso de la India, por lo que no quiere humedad, ni suelos con demasiado sustrato orgánico; un suelo ligero a base de arena y algo de compost es más que suficiente; no obstante, no hay que olvidarse de que, aunque trabajemos en suelos pobres, deben estar bien drenados.
En cuanto a la luz, lo mejor es la luz directa. Así que olvídate de buscar un lugar entre sol y sombra, o que no incida directamente la luz solar; el árbol de moringa necesita luz directa para crecer, y también altas temperaturas: es necesario mantener esta planta en ecosistemas cálidos en los que la temperatura no descienda de los 20 grados.
Tampoco hace falta que lo riegues a menudo, salvo en los primeros estadios de su cultivo, con una vez a la semana es suficiente; si riegas la moringa demasiado, las raíces se pudrirán por exceso de humedad.
Con respecto a la poda, lo normal es una vez al año, lo cual es esencial primero para favorecer la aparición de nuevos brotes y, segundo, para controlar su crecimiento y densidad.
Cultivo Moringa por medio de semillas.
Dado que crece con rapidez, merece la pena trabajar las semillas y seguir todo el proceso de desarrollo de la moringa. Los frutos pueden conseguirse directamente del árbol (están dentro de las vainas que cuelgan de él), comprarlas en un vivero o a través de internet.
Una vez tienes las semillas, como la capa externa es bastante dura, conviene ponerlas en remojo unas 24 horas. Cuando la cáscara ha reblandecido, pueden ser plantadas en una maceta.
Por último, un consejo: si vas a colocar varias en el mismo recipiente, deja un espacio de unos 30 o 40 centímetros, para que no se entremezclen las raíces. La moringa germina en aproximadamente una semana.